6.11.17

PARTIR (ES VIVIR UN POCO) / JULIO ACOSTA

Adiós, señores míos, me voy con ellas
de la puerta de casa hasta las estrellas.
Que comparezcan viudas y pelirrojas
las gorditas, las mudas, sordas y cojas
las que tengan anteojos como botellas
que bien miradas todas, todas son bellas.
Adiós señores míos, me voy con ellas.
Soy hijo de mujer, de mujer padre
y aunque no tenga un perro que aquí me ladre
seré en lo alto rico si tras sus huellas
asciendo donde el cielo brilla y destella.
Vengan las apocadas y las coquetas.
Abran ansias y puertas, cierren maletas.
Las de piel de amapola y las ajadas
que del triste pasado no traigan nada.
Las que tengan jorobas como camellas,
tres tetas o ninguna; me voy con ellas.
Las que tanto lloraron que pidan pista
vengan las sojuzgadas, las feministas,
judías, chupacirios, mahometanas…
¡Tiren a sus maridos por las ventanas!
Que vengan las lesbianas,
calvas bomberos,
con tatuaje y chaleco negro de cuero.
Que a los ojos de mi alma sólo hay doncellas
A sus alas me monto. Me voy con ellas.
Ya las veo sonriendo por alamedas
y atravesando el puente de Avellaneda.
Les dejo, amigos, fútbol, autos y asados,
yo me trepo a sus alas, enamorado.
Por entre blancas nubes busquen la huella
de sus anchas caderas, y a mí con ellas.
De mis tiempos de niño hasta la adultez
siempre soñé este viaje. Díganle al juez
que dice un viejo libro en su biblioteca:
“quien se lleva mujeres ni hurta ni peca”.
De la puerta de casa hasta las estrellas
Adiós, amigos míos...
¡Me voy con ellas!

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